junio 07, 2010

Reflexión-Salvo por un Himno


Un grupo de turistas de los estados del norte de los Estados Unidos formaba parte de un gran número reunido en el muelle de un vapor de excursiones que iba a recorrer el histórico río Potomac una hermosa noche del verano de 1881. Un caballero había estado entreteniendo al grupo con una selección de los himnos que más les gustaban. El último del que habló fue "Jesus, lover of my soul".

El cantante cantó los dos primeros versos con tanto sentimiento, y con un énfasis tan peculiar en las líneas del final que conmovieron a todos. Y un silencio solemne cayó sobre los oyentes durante unos segundos después de que acabara de cantar. Entonces un caballero se acercó desde un lado y le preguntó:

-“Le ruego que me disculpe, pero estuvo usted activo en la última guerra?


-Sí, señor -contestó el cantante- serví a las órdenes del general Grant.


-Bien -contestó el intruso-. Yo luché en el lado contrario, y creo, estoy seguro, de que yo estuve cerca de usted una noche brillante hace 18 años en este mismo mes. Era una noche como esta. Si no me equivoco, estaba usted de guardia. Nosotros los sureños estábamos en guerra y usted era uno de mis enemigos. Me acerqué a su puesto de vigilancia con mi arma, las sombras me ocultaban. A usted le daba la luz claramente.

Mientras usted hacía su guardia, tarareaba ese himno que acababa de cantar. Levanté mi arma e intenté apuntar a su corazón, y yo había sido seleccionado por nuestro comandante porque tengo un tiro firme y certero. Entonces en la noche se sintieron las palabras:

Cover my defenseless head, With the shadow of thy wing

(Cubre mi cabeza indefensa con la sombra de tus alas).

Su oración fue respondida. No pude disparar después de eso. Y no hubo ataque a su campamento esa noche. Estaba seguro cuando le oí cantar esta noche, que usted era el hombre cuya vida me vi compelido a no destruir.”

El cantante entonces tomó la mano del hombre y le agradeció emocionadamente lo que le había confesado. Recordaba muy bien esa noche, 18 años atrás, oscura y fría, nublada, con una terrible sensación de soledad y tristeza, recordando a sus parientes, seres queridos, amigos y familia. Pidió por ellos esa noche. Era su himno favorito y de ahí en adelante lo sería más aún. De alguna manera Dios había cumplido con la petición del cantante, solo que se reveló en el momento indicado, el momento que Dios tenía planificado.

Salmo 139:1 al 6
"Oh Señor, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;
Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo,
Y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Dios, tú la sabes toda.
Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano.
Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender..."

Tomado de “Renuevo de Plenitud”

3 comentarios:

  1. A veces nisiquiera nos damos cuenta como DIos nos cuida y nos lleva en su mano.

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  2. Que buena le reflexión.

    Felicitaciones al equipo de difusión :D

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