Mis queridos jóvenes
Quisiera transmitir esta seguridad. Dios a cada instante espera que tú le busques y extiende Su mano para darte seguridad.
“Oye, oh Dios, mi clamor; A mi oración atiende. Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo, Porque tú has sido mi refugio, Y torre fuerte delante del enemigo. Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre; Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas”. Salmo 61:1-4
Una reportera fue invitada una vez por un renombrado cirujano a contemplar una difícil operación que iba a realizar. Mientras el cirujano llevaba a cabo los preparativos necesarios para la operación, parecía confiado, pero un poco nervioso. Luego, emprendiendo el camino hacia el quirófano, se detuvo un momento e inclinó la cabeza (mientras hacía una breve oración en su interior). Más tarde durante la operación, sus manos se veían sin nervios... se veían tranquilas!!La reportera expresó su sorpresa de que un cirujano elevara una oración antes de la cirugía y dijo: Yo creía que un cirujano confiaba en su propia capacidad.¡¡ Un cirujano es solamente un hombre!! Fue la respuesta del médico. No puede hacer milagros por sí mismo. Estoy seguro que la ciencia no podría haber avanzado tanto, si no fuera por algo más fuerte que solo el hombre.Y después terminó el cirujano diciendo: “Me siento tan cerca de Dios cuando estoy operando, que no sé dónde cesa mi habilidad y comienza la suya”.
Debemos confiar en nuestras capacidades, sin embargo es en la cubierta de Sus Alas donde viajaremos seguros. Vivamos tan cerca de Dios para que así podamos ser sensibles a Su voluntad, ver la necesidad que existe a nuestro alrededor, orar y disponernos a servir de manera concreta para que muchos más puedan subir a la cubierta de Sus Alas.
Grandes bendiciones.
En Cristo y para Él,
Pastor Jorge
“Oye, oh Dios, mi clamor; A mi oración atiende. Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo, Porque tú has sido mi refugio, Y torre fuerte delante del enemigo. Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre; Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas”. Salmo 61:1-4
Una reportera fue invitada una vez por un renombrado cirujano a contemplar una difícil operación que iba a realizar. Mientras el cirujano llevaba a cabo los preparativos necesarios para la operación, parecía confiado, pero un poco nervioso. Luego, emprendiendo el camino hacia el quirófano, se detuvo un momento e inclinó la cabeza (mientras hacía una breve oración en su interior). Más tarde durante la operación, sus manos se veían sin nervios... se veían tranquilas!!La reportera expresó su sorpresa de que un cirujano elevara una oración antes de la cirugía y dijo: Yo creía que un cirujano confiaba en su propia capacidad.¡¡ Un cirujano es solamente un hombre!! Fue la respuesta del médico. No puede hacer milagros por sí mismo. Estoy seguro que la ciencia no podría haber avanzado tanto, si no fuera por algo más fuerte que solo el hombre.Y después terminó el cirujano diciendo: “Me siento tan cerca de Dios cuando estoy operando, que no sé dónde cesa mi habilidad y comienza la suya”.
Debemos confiar en nuestras capacidades, sin embargo es en la cubierta de Sus Alas donde viajaremos seguros. Vivamos tan cerca de Dios para que así podamos ser sensibles a Su voluntad, ver la necesidad que existe a nuestro alrededor, orar y disponernos a servir de manera concreta para que muchos más puedan subir a la cubierta de Sus Alas.
Grandes bendiciones.
En Cristo y para Él,
Pastor Jorge